amor concatenado

De joven, me enamoré de una chica dulce, con unas curvas que quitaban el aliento. Después, de una mujer de belleza serena y sorprendente fortaleza. Y al final, de una ingeniosa conversadora. Tenían razón: el secreto de un matrimonio feliz es enamorarse muchas veces. Siempre de la misma persona.